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Arquitectos: Sebastián Hernández Silva, Teodoro Fernández Larrañaga; Teodoro Fernández Larrañaga, Sebastián Hernández Silva
- Área: 40000 m²
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Colegio Calasanz de los Reverendos Padres Escolapios, está ubicado en la comuna de Ñuñoa, ocupando una manzana completa con una extensión de 2,6hás de terreno.
Culminado un proceso de mejoramiento de la infraestructura del colegio que duro varios años el nuevo edificio reemplazó al antiguo gimnasio existente de manera de, además de mejorar el gimnasio mismo, alojar bajo éste una biblioteca y centro de medios. Con frente a dos calles, el nuevo edificio conforma la esquina sur poniente del Colegio, cerrando un patio interior del mismo.
En planta el edificio se organiza a partir de dos volúmenes que se giran levemente uno respecto del otro para alinearse según los ejes de las calles que forman la esquina, el volumen mayor corresponde al gimnasio que cuenta con una cancha reglamentaria flanqueada por dos graderías retractiles a las que se accede por una circulación superior.
Bajo el gimnasio se ubica el centro de medios y biblioteca, en un nivel inferior a la cota del terreno, formando un piso zócalo que soporta mediante columnas de hormigón armado el piso superior. El volumen menor permite organizar el acceso y las circulaciones entre los distintos niveles, alojando también programa anexo al gimnasio.
Por el exterior se han respetado las alturas de los edificios circundantes, realizando un nuevo acceso por la esquina a través de un atrio cubierto. En el interior un cielo abovedado se ajusta a los gálibos requeridos para competencias de categoría nacional sin tener aumentar la escala exterior del edificio.
La estructura de la cubierta del gimnasio se realizó en acero con vigas de alma llena de directriz curva soportadas por puntales que forman pirámides invertidas, cuyos vértices se apoyan sobre cajones de hormigón en donde se ocultan las graderías desplegables cuando se recogen. Estas vigas se ocultan tras un cielo blanco abovedado que contrasta con las paredes revestidas en madera de ulmo, lo que combinado con la calida luz que aportan los paneles traslúcidos, da al interior el carácter de un salón, adecuado para los múltiples usos que tiene el gimnasio.
Las fachadas del edificio permiten leer la organización interior: paneles de policarbonato traslúcido en el zócalo, un cuerpo intermedio resuelto con placas prefabricadas de hormigón coloreado en masa y una banda de iluminación superior también en policarbonato traslúcido.
Las piezas de hormigón se fijan a una estructura metálica sobre las graderías retractiles o bien al muro de hormigón a través de insertos que permiten soldarlas a los elementos de soporte.
Las placas tienen el mismo ancho y tres dimensiones distintas en el alto de manera de tener cierta libertad en la disposición de las canterías horizontales.
La aparición de rendijas horizontales sobre el nivel de las graderías retractiles permite ventilar el gimnasio. Delante de las rendijas se han dispuesto unos paneles correderas de Ulmo con carpintería de aluminio que permiten manejar la ventilación del recinto, lo que libera de la necesidad de hacer practicable la banda superior de iluminación.